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¡Pánico a una bajada repentina de precios en la agricultura almeriense!

¡Pánico a una bajada repentina de precios en la agricultura almeriense!
La situación de los precios en las pizarras del campo se empieza a poner dura

La bajada de algunos productos como pepino Almería, calabacín o berenjena y las altas temperaturas han hecho saltar las alarmas sobre una eventual e incómoda bajada de las cotizaciones en el inicio de la actual campaña agrícola. ¿A qué se debe tanta alarma? Se debe fundamentalmente a una descontrolada subida de costes que están haciendo dudar al productor de la rentabilidad de algunos de sus productos. De no haber subido tanto los costes estaríamos ante un episodio de precios vivido con anterioridad en muchas ocasiones en el campo almeriense, pero en esta temporada agrícola no tiene nada que ver con ninguna dada anteriormente por algunos factores que hay que tener en cuenta y que enumeramos a continuación.

En primer lugar el precio de los abonos se ha disparado por la crisis de la Guerra de Ucrania y su valor se ha multiplicado hasta por cinco, según cuentan algunos agricultores. El precio de la energía ha incrementado la factura de la luz y a su vez se ha disparado el precio del agua de riego que necesita el fluido eléctrico para extraerla del subsuelo y distribuirla por los sistemas de riego de los invernaderos. Los derivados del petróleo igualmente se han encarecido empezando por el gasóleo y continuando por el plástico que se usa en el campo.

Además de todo esto, la situación general de los subsectores que cohabitan con el productor también ha incrementado el coste de sus servicios por padecer una situación parecida al del productor con elevados costes en combustibles, financiación, energía y un largo etc.

A todo esto hay que sumar que la elevada inflación que padece toda Europa nos convierte a todos en algo más pobres y por lo tanto las posibilidades de pagar productos del campo algo más caros cada vez es más reducida.

Con todo esto, los 40 céntimos por un kilo de pepino Almería, o los 30 céntimos de euro por un kilo de calabacín ya no son suficientes para que un agricultor pueda mantener la cosecha en espera de una recuperación de cotizaciones que le vuelva a dar la rentabilidad suficiente para vivir de su trabajo.

Los días de calor que estamos viviendo en este final de octubre no invitan a pensar que los precios actuales se puedan mantener. Quizá la llegada de la lluvia y una notable bajada de temperaturas hubiera sido lo más conveniente, pero de momento no ha sido así.

Los repentinos cambios en cuanto a los precios de las hortalizas lastran mucho al productor que termina afrontando un panorama incierto en el que no sabe actuar y casi siempre acaba perdiendo dinero. Hace unos días en la feria de Fruit Attraction parecía que no iba a haber hortalizas para todos los compradores que se acercaban a los stands de las empresas almerienses y apenas 20 días después los precios han entrado en una espiral de pérdida muy preocupante y aquellos compromisos de feria han quedado en agua de borrajas, algunos de ellos.

No obstante, a diferencia de otros años, creo que el productor va a tener menos paciencia con las cosechas no rentables y las quitará del invernadero muy a pesar de haber realizado la inversión necesaria para poder recolectar sus frutos. Así las cosas, si la gran distribución no termina de leer la realidad de los productores almerienses es posible que finalmente padezca la falta de hortalizas que tanto temió en la pasada feria agrícola de Madrid.

Esperemos que cada parte involucrada en el negocio de la alimentación hortícola sepa entender la situación general que estamos padeciendo todos y nadie se vea abocado a una crisis que no pueda soportar. Las hortalizas hay que pagarlas, para que a su vez, el productor pueda pagar agua, abono, combustibles, energía, plásticos, semillas y demás elementos que influyen en la producción de estos alimentos.

Conociendo el campo almeriense, se puede asegurar que los productores no van a pagar 60 céntimos por kilo para cobrar 40, antes arrancan la plantación.



José Antonio Gutiérrez Escobar